Me hicieron falta;
Quería de ti la pasividad y las caricias del viento,
A tus pies me acurrucaba, porque tú no sabias amarme de otra manera…
Deseé lo que cualquier niño necesita de una madre: la calma y los besos tibios que se te olvidaron darme.
Los veranos se fueron y sigo careciendo de tus manos;
Sueño que llegará ese día en que tus brazos me rodeen como yo lo hacía,
Y pienso que tu ausencia ya no me lastimará igual que ayer.
No te reprocho nada, porque tu desconsuelo y desamparo han sido más grande que el mío.
Necesito recordar lo que sentía en aquella foto vieja en la que tus brazos y tu pecho me alimentaban; tus ojos me veían como el ser perfecto que ya no soy. Necesito recordar porque probablemente mi soledad y cansancio serían menos, serían menos cada día que te amo.
¿Qué pides, qué quieres de mi ahora?
Yo sólo pido tus brazos que me hicieron falta; solicito que cuelgues tu dolor y avientes la amargura que tal vez me han separado de esas noches y días de besos que aún no veo llegar.
Mujer si aún no me has de abrazar y declararme tu amor, no importa, no importa hoy.