sábado, noviembre 27, 2004

Idealizar: la razón y el espíritu...

El ser humano se halla en una indagación continua de quién es, como ha llegado hacer lo que es en su medio social, lo que es como puro y ente humano; construye ideas que lo idealizan así mismo en un plano significativo y cercano a la felicidad eterna; estructurando diferentes senderos, (religión, política, razón, sensibilidad-arte); lo que importa es llegar al bienestar ya sea material o espiritual, necesita una identidad por medio de su espirítu-alma o su razón.

La felicidad es un termino que frecuentemente se reconstruye en la vida cotidiana de los seres humanos, se ve modificada por su propia acción social; eso que él cree que así será, no llega ser y vuelve a construir otra forma de llegar.


La religión:

La creencia en algo o en alguien es una de las base fundamental para el hombre, ya que por si mismo no enfrenta sus temores, necesita crear a un ser superior que lo impulse a seguir existiendo, que le enseñe el camino donde debe ir, de tal manera ese ser superior magnifica sus hazañas y lo perdona de los desvíos que pueda tener en el camino. Pero de igual manera a creado lo opuesto de esa superioridad, pues sus desvíos y su maldad, es un resultado de la influencia de “otro” ser que al igual que el “otro”, es omnipotente ante su vida, al que le se puede vencer, si está dispuesto al sacrifico de la pobreza, de actuar siempre con la otra “mejilla”, si está preparado a redimirse, para alcanzar la felicidad eterna, después de la muerte. : ellos son Dios y el Diablo.

Los seres humanos no son capaces de asumir actos, han inventado a Dios- El Buen Jesús para darle las gracias de las facultades “buenas” que en ellos habitan, el Diablo-Can para maldecir las aberraciones humanas, es el Diablo quien carga con “la maldad” . El hombre se presenta -totalmente- antagónico, lucha con lo que no debe hacer y lo que debe hacer, es la esencia misma de su naturaleza, crear y destruir. Todo lo que no le sea útil, según él.

La religión ha dado el significado de existencia de los hombres en la “tierra”, su creencia en lo mítico ha formulado su identidad a nivel humano. Sin embrago no le vasta su misma creación de la religión. Los tiempos se conjugan en su maduración intelectual, y el surgimiento de la razón, la critica de si mismo, lo revierte a pelar con lo ya hecho, y vuelve rehacer sus creencias, a reconstruir sus pensamientos y encaminarse de nuevo.


La razón:

El raciocinio del hombre lo coloca en otro plano, lo despoja de lo mítico, le da la pauta de encontrar a fuera de él y con él el contenido de su vida, percibe con los sentidos y se apropia de la lógica de las cosas que le hace sentir enteramente un homo sapiens, una vez despojado de la religión es capaz de reconstruir su realidad sin seres extraordinarios o fantásticos, únicamente él es el protagonista. Sin embrago la misma razón estructura de otra forma sus ideales de vivir en un mundo mejor, el hombre que se mueve con la razón da origen a ideas como la libertad natural.

Se aferra a todo eso que él ha creado por medio de su “inteligencia”, eso que ha construido para otros seres humanos, - para si mismo -, ahora lucha por sus ideales, ideología terrenal, al igual que el religioso, se afana en alcanzar la felicidad, en éste caso la libertad en la tierra, porque para el hombre que actúa con la razón, con la naturaleza humana es la tierra en donde se allá esa libertad, y aún que esa libertad no este frente de él, la idealiza al igual que los religiosos idealizan a Dios. Colocándole los nombre de: República, Monarquía, Democracia, Nación... pero también aquí se vive el antagonismo, estas ideas también se enfrentan, se toman partidos, y unos crearan que son los viables para construir ese mundo de libertad y otros se opondrán.

En estos dos contenidos de ideologías: la religión y la razón, se contraponen, pero son similares en la contrariedad, en la averiguación de algo o alguien. De alcanzar, darse identidad ante otra sociedad, ante ellos mismos, así mismos.

La lucha, el cambio social y espiritual es también parte de ese sentido ideal del hombre, ese cambio al que me refiero obliga a no creer más en lo establecido, en lo que vive ahora. No le satisface, no le hace feliz y se confronta, dándole fin a su mundo actual, para encontrar eso que quiere. Es allí donde la religión o la razón tiene sentido, en el cambio para tener algo “mejor”.

En esto mundos de la religiosidad y la racionalidad, el hombre tiene la oportunidad de redimirse, de luchar por eso que el anhela. Entre la religiosidad y la razón existen dispares, mientras la creencia religiosa se cimienta en el bien y el mal, y el hombre se haya en medio; en la razón existe la libertad y la opresión; sin embrago los acerca el abolir el sufrimiento, la pobreza, la miseria humana, la soledad, enfrentándose con diferentes caretas a estos sentimientos, a estos razocinios.