miércoles, enero 11, 2012


Se pregunta cómo llegó aquí, cómo se convirtió en esa mujer que colecciona medias negras, que guarda vestidos sin usar, zapatillas que la provoca e incita para andar fuera de casa…

Algo pasa, que no sabe qué es…

Tristeza, ansiedad, renovar todo,

Atreverse escribir y vivir en primera persona,

A fantasear una vez más.

Que –ya- no crea que el camino se hace angosto,

Que regrese esa mano;

Que los encuentros no duerman en la cama de silencio… de llano y desierto…

Que puede pedir esta mujer que se aleja y se acerca,

Que duerme creída de amor,

Que vive el abandono y la rutina… que suplica diferencia, que se humilla con el labial en la mano, que arroja los cajones y sacude las sábanas, viendo que no sucede nada.

Lastima de mujer, la intimidad se le esfuma…

Qué le hará falta, para que la promesa de una noche se haga.

Qué necesita para que él no la olvide entre almohadas y buenas noches,

Qué le hará falta a esa mujer…

Aquel, prefiere hablar con el pájaro azul borrándola, diciendo todo sin que ella se a asome, como si lo ocurrido entre ambos nunca hubiera pasado. Listo para que sea seguido, no por ella... ella no existe allí.

Ella que se derrumba al ver encajes y cristales, ella que se enferma de soledad…aburrimiento.

Ella que se viste a solas y baila sin que nadie la vea, fingiendo que él esta en el centro de un bar… que está postrado en la penumbra, justo para divertirla, acecharla, llevarla lejos…

Pregúntate mujer si ese hombre sabe de seducción…